La culpa la tienen los antiguos celtas, celebraban el solsticio de invierno decorando sus casa con hojas y frutos de acebo.
Era algo tan popular e integrado en la población que las culturas, religiones y pueblos que llegaron después lo adaptaron como propio sin rechistar, hasta el día de hoy.
Es el color más cálido, acogedor y amoroso del espectro lumínico y además trae buena suerte según los italiano y los chinos.

Y te recomiendo un sitio también muy rojo.
Es Allegra, un italiano que abrió esta primavera en Madrid y ya es uno de mis sitios fab, de hecho ahí celebré mi 55 cumpleaños.
Se come rico, la decoración es espectacular y no es caro.
Es una recomendación de ❤️ y desinteresada, os quiero recomendar en estas PinkLetters lugares o eventos que me inspiren.

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con amor ❤️ Marián